Domingo Lúdico

Veamos, estoy a punto de cumplir la edad de Cristo y todavía juego como cabro chico. El viernes pasé a buscar dos juegos de mesa que me llegaron de USA. El primero es el Traders of Genoa y el otro es el Citadels.

El primero es con tablero, fichas, dinero y dados. Un clásico del año 2001 que al menos estuvo nominado a un par de premios de ferias alemanas de juegos de mesa. El segundo fue finalista para el Spiel des Jahres (Juego del Año) pero independiente de eso, es un juego que da hasta para 8 jugadores. Y en abundancia de juegos para 4 y 5 personas, opté por algo que pudiese involucrar a más amigos.

Que lata eso. Últimamente como que la noche de juegos se puso más "selecta" por ponerlo de algún modo. Como los juegos son para 4 o 5, hay que escoger a esos 4 o 5 que van a llegar. Igual da lata discriminar y dejar fuera a alguien. Cuesta decidir quién. Por eso la búsqueda de títulos para más personas.

Ahora, aquí viene otro punto importante. Ya no llegan tantos a jugar. La guagua, que la pega estuvo muy pesada, que ando medio engripado, que la señora, etc... La vida adulta va imponiendo limitaciones a lo que antes era una noche intocable.

Siguiendo con lo del juego, luego de ver los Ríos de Color Púrpura 2, con Jean Reno, nos dedicamos con la Barb (mi polola) a jugar Champions of Norrath: Return to Arms. Nos dimos vuelta el primero (Realms of Everquest) y ahora estamos probando el nuevo.

Diría que soy un Homo Ludens. Definitivamente creo que el juego es un elemento fundamental de mi existencia y de la existencia de la sociedad. No comprendo un mundo sin su lado lúdico. ¿Seremos muy pocos? Igual me siento a veces un bicho raro. Treintaitantos y jugando PS2, GBA y juegos de tablero. ¿Cuántos como yo habrá por ahí afuera? ¿Cuántos a parte de mis amigos? A veces creo que no muchos.