Viejos Conocidos

Hola mi viejo perro dice uno. Al menos esa es la frase en varias oportunidades. Pues ayer lunes me dejaron en Portugal como a dos cuadras de Alameda para ir a mi curso y cuál sería mi desconcierto al escuchar fuerte y claro "SEPULVEDA!!".

Sepúlvedas hay varios, no? Al menos la guía de teléfono así lo indica. Pero dado que era mi apellido me dí vuelta. Para mi desconcierto absoluto encaré a un tipo de barba, mayor que yo, montado en un auto y saludando feliz. Contento. Casi como si verme fuese un evento del día. Y yo... O_o? Moya.

Y ahí me dice... Soy Nelson Montaldo weón... tu profesor del colegio. Te soporté 20 años y no te acordai de mi. Y ahí me cayó la teja. Nelson Montaldo. El profe. El profesor jefe del curso. El tipo de barba y poncho, medio izquierdoide que enseñaba en el San Ignacio.

Qué alegría verlo. Qué felicidad verlo bien, sano y vivo. A su nombre vaya no un salud, sino un recuerdo. Una de las ratitas que nos hacía en la pizarra cuando estabamos en educación básica (Nelson Montaldo era de los profesores que utilizaban una serie de tizas de colores y material parafernálico para enseñar historia universal).

Pero no paró ahí la cosa. Luego de eso me puse en contacto con un compañero de colegio de aquella época y terminé en su depto, tomando cerveza y hablando de los viejos buenos tiempos. La vida pasa. Él está casado y esperando un hijo. Ya no es el Carlos Olivos seco pal arco, bueno pa la pelota y fiestero. Ahora va a ser papá.

Con él estaba el Fito. Jean Piero Botinelly, un compañero que lucía un mechón blanco en la cabeza fruto de algún problema dérmico o de una muy mala aplicación de tintura de pelo.

Qué raro como esa gente con la que compartimos años de vida, estaciones del año y muchas fiestas y cumpleaños se pierdan y luego, al aparecer nuevamente, se sienten como si el tiempo hubiese hecho una pausa. De algún modo, esa gente es familia. Es especial, porque estuvo ahí los primeros 20 años de tu vida tanto o más tiempo que tus propios padres.

Notable.