Los Hermanitos Pobres

Luego de asistir a un seminario sobre periodismo económico, que me resultó sorpresivamente interesante, no pude sino llegar a la irrefutable conclusión de que el Periodismo es el hermanito pobre de las carreras profesionales.

Para qué andar con leseras. Estudiamos 5 años (algunos menos), salimos de la carrera y entramos a trabajar como si eso fuese suficiente. Entre tanto, abogados, médicos, ingenieros e incluso arquitectos se toman 5 años en sus estudios base y cuando menos otros 2 o más en cursos de perfeccionamiento y especialización.

¿Cuál es el resultado? Pues que al menos según mi perspectiva, todo el universo periodístico es infravalorado.

Los empresarios y medios siempre van a pensar que es mejor tener a un economista o a un científico escribiendo en sus publicaciones que tener a un periodista. Y las veces que una empresa o medio tenga un periodista va a tender a usarlo para labores de reporteo sencillo (puras conferencias de prensa) y "transcripción creativa" de comunicados de prensa.

¿Qué hay con el reporteo serio, el seguimiento, la investigación, eso de escudriñar en la basura para obtener la noticia?

No hay tiempo ni dinero.

Somos los hermanitos pobres de las carreras profesionales. El sueldo promedio de un periodista, que anda por los 300 mil pesos a los 600 mil, es un claro indicador. Un periodista no puede mantenerse ejerciendo su carrera. No alcanza. Por lo tanto debe pitutear en otros lados y "dispersar" su atención y esfuerzos.

Pero eso no es todo. Si por un lado no hay plata para pagarle a los periodistas lo que corresponde (y siempre parece haber para pagarle a las figuritas importantes o consultores externos por decir lo mismo que diría uno) tampoco hay dinero o destinación de recursos para mantener a un periodista investigando, sin publicar nada, por dos, tres y hasta cuatro semanas.

La sóla idea de tener a un periodista revisando archivos económicos, informes, estudios, evaluando datos, cruzando dineros e indagando quiénes son los beneficiarios directos e indirectos de una determinada medida económica es impensable.

Hasta ahí llega la transparencia.

Y aunque uno podría pensar que esta forma de periodismo económico, basada fundamentalmente en informes comerciales, es producto de una estrategema elaborada para impedir el acceso a la información, lo cierto es que (al menos bajo mi perspectiva) no se trata de eso, sino de que derechamente nadie valora la función del periodista y de la información periodistica tanto como para mantener a alguien investigando o siguiendo casos.

Los periodistas han dejado de investigar y escudriñar entre las sombras. Y si alguno llega a hacerlo, la oferta es tan grande que no cuesta mucho reemplazarlos.

Por lo mismo, el nivel de rotación de periodistas económicos o de lo que sea, es enorme. Todos aspiran a una situación económica primero descente y luego mejor. Y en tanto la situación de los periodistas no mejore, tampoco va a mejorar el periodismo chileno.

Aunque claro, habiendo tantos, para qué pagar mucho...

La frase "no somos nada" circula en los aires santiaguinos. Algunos la recitan buscando cierto nivel de complicidad y otros la imprimen en letras grandes y la pegan en sus espaldas.

Lo cierto es que más que nada, somos algo. El problema es que ese algo está venido a menos e infravalorado.