viernes, abril 28, 2006

Cuarto Kyu

Pasé de grado. O más bien me nivelé.

Luego de tres meses practicando Aikido y luego de preguntarle al Sensei qué grado me correspondía, decidí dar exámen para recuperar mi nivel anterior. Lamentablemente no se pudo.

Cuando estudiaba aikido en el centro, pasé sexto, quinto y cuarto Kyu. Ahora me sugirieron dar el examen para quinto. Lo dí y pasé. Todo bien. Lo único es que me dijeron que tenía que hacer los movimientos más fluídos (aunque no necesariamente más rápido).

Quedé medio cachudo con lo de fluído, pero supongo que se me irá soltando la mano con el tiempo.

No he bajado más de peso. Lo cual es una lata. Pero duro más corriendo.

Qué curioso como cansa esta cosa. Transpiro mucho, aunque nunca he sido de los que transpiran. La lata es que el cansancio de la semana se me acumula. Igual que cuando estaba haciendo el diplomado en Comunicación, eso de tener dos días o tres días a la semana sin descanso agota. Ahora estoy muerto, tengo el cumpleaños de un amigo a las 12-1 de la mañana y definitivamente no quiero ir.

O sea quiero. Pero no tan tarde.

Lata igual. Esta falta de tiempo como que para el día viernes ya es mucha. No doy más y quiero acostarme. Pero es fin de semana largo. Algo es algo.

Descansar quiero.

sábado, abril 01, 2006

Aikido sigue

Así es. Aikido sigue. Ya llevo tres meses completitos, me saqué las rodilleras y ya no se me dañan debajo del Keikogi (el traje de pràctica). De bajar de peso, así como bajar de peso, no he bajado mucho. De 84 a 82 kilos (en tres meses). Sin embargo, me siento con mayor capacidad física y me canso menos.

Toda la gente me dice que estoy cambiando las proporciones de grasa por masa muscular, y algo de cierto debe tener. Tuve que agujerear el cinturón porque me estaba quedando grande.

Curioso. Tantos años gordo. Tantos años fumando. Y ahora sano y aikidoka. Deportivo no, porque eso no lo seré nunca.

En fin, adicionalmente mi viejo se mejoró de la operación y volvimos a jugar raquetball. Ya no me canso jugando, lo cual es otro indicador de la mejora cardiovascular o como sea que se llame.

Algo raro me pasó, que no sabía que podía pasar. Finalmente, luego de los tres meses de ir tres veces por semana, me agoté. Sentía el cuerpo agarrotado y adolorido y llegué al nivel de tolerancia cero con las molestias. Opté por faltar a una clase de la semana y dejarme más días libres.

Se me pasó un poco la molestia. Pero no sabía que el cuerpo iba a reclamar tanto. Se supone que lo que hago es bueno.

En fin. Por lo menos de algo me ha servido.