miércoles, febrero 23, 2005

Ñoños y Ñoñas

La lectura matutina tuvo sus ratos. Uno en especial, que es el que me quedó dando vueltas. Y es que en verdad, los hombres tienen esa cosa rara, de querer el último gadget, la última novedad tecnológica, que parece no manifestarse con tanta fuerza en las mujeres.

My ass... las mujeres pueden ser incluso peores. Si no, vean los roperos y en especial la colección de zapatos.

-"¿Tiene el I-Pod Mini caballero?" Pregunto con temor al encargado.

-"Claro, en qué color lo desea" - me contesta, casi irónico y con un tono mala clase que me hace responder - "Cualquiera, si es para verlo solamente" -, como comiéndome mis palabras.

La escena es imaginaria. Lo real es que en mi bolsillo se columpia apretujada una Palm con un programa llamado Pocket Tunes. Más de lo que necesito, sobre todo considerando que todavía no lleno los 256 megas de la memoria. Y eso último es un "in your face" para los lectores, aunque no sepa quién me lee.

El pensar en eso me obliga a lanzar, inicialmente, la pregunta al aire. ¿Qué es eso que tenemos los hombres que nos lleva a desear artículos y objetos, pese a que nuestra mente y lógica nos permiten comprender que en realidad, no es necesario?

En mayor o menor medida (muy mayor en algunos casos) eso del consumismo y la propiedad privada sirven para definirnos como personas. Para determinar nuestra identidad y peculiaridad en el mundo.

Al almuerzo no lanzo la pregunta al aire. La lanzo a mi viejo, que es psiquiatra. Y claro, resulta que eso de:

"Quiero esas chalas rojas marca Nine West con taco de 5 centímetros hechas en cuero de pudú" es el equivalente femenino a "Quiero el Celular Nokia modelo 980-Z, con capacidad multimedia, de triple banda y con pantalla a color".

En el primer caso significa que ella es una chica que sabe que en el verano se usan las chalas, que los cinco centímetros es lo que se usa para verse bien, pero caminar cómoda y que el color rojo le va a hacer juego con tal y cual prenda de vestir.

En segundo caso significa que el varon sabe cuál es uno de los últimos modelos de teléfono disponible, pero que el modelo en específico tiene tal o cual atributo especial que lo hace mejor ante otros y que es probablemente más bonito que el resto (si, los hombres somos visuales) y por otro lado, también tiene algo de triple banda para hablar en otros países, por si viajo, aunque no acostumbre a hacerlo.

En ambos casos tiene relación con la idea de seguridad y el "Yo puedo". Vale decir algo así como reafirmar la autosuficiencia.

Yo soy, yo tengo, sin embargo, parece ir más al ritmo de estos días, lo cual me hace extrañar esos tiempos en los que vestía bototos, andaba de negro y mi rostro se teñía de blanco dark, que era el gótico de ese entonces. Porque al menos en aquellos tiempos yo era, yo me veía y el tengo, era bastante menos importante.

Algo nos han hecho para desear aquello que no es necesario pensando que nuestra identidad está de por medio.

3 Comments:

At 12:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

El Asunto mi querido kike, es que queremos poder reemplazar con cosas lo que realmente deseamos y como no sabemos que cresta es lo que deseamos, nos llenamos de imagenes de lo que buscamos es decir: gadgets zapatos,etc. El punto es que hasta que no aceptemos que es la nada lo que buscamos tamos fritos. En otras palabras el falo...

bue... cada quien con su pelada de cable no?

 
At 8:44 p. m., Blogger Kike said...

Que lata igual el darse cuenta que de uno u otro modo, la industria publicitaria sabe y explota esa búsqueda futil del falo. Nos tienen de una y nosotros les damos las gracias.

 
At 9:41 a. m., Anonymous Anónimo said...

Reemplazar con cosas?
La verdad es que no buscamos el Falo y la industria publicitaria no nos explota la búsqueda del falo.

El marketing y la publicidad lo que hacen es decidir que es lo que vamos a necesitar y como mostrarlo para que nosotros decidamos que SI lo necesitamos. Si la industria dice que necesitamos caca no es que ellos nos vendan la caca, NOSOTROS la pedimos.

Ahora de donde viene toda esa huea? desde el minuto en que necesitamos comida, abrigo, techo, etc. Una vez cumplidas las necesidades básicas comienzan las necesidades complementarias. Luego las necesidades de lujo que digamos, son las innecesarias. Es como que pasemos de comer para vivir a comer para disfrutar y a comer porque puedo aunque no lo necesite ni lo disfrute.

El problema en el fondo, es la famosa búsqueda de la felicidad y el hecho de que su existencia es efímera y ondulante.

Whatever...

 

Publicar un comentario

<< Home