Sobre Mujeres

Quiero escribir sobre mujeres. Quiero escribir sobre ese pelo rojo, sinuoso e hipnótico, que se mueve en el viento como un mar de lava hirviendo. Un pelo hermoso, tan cálido que quema.

Quiero escribir sobre esa gordita, que aunque no sea particularmente bella, baila feliz y sensual danzas orientales. Mueve las caderas con humedad femenina y todo en ella pide pasión y desenfreno.

Quiero escribir también sobre el amor de una novia por un novio, que en su noche de bodas baila para él anticipándole que, el anillo que ahora tienen, es más que oro. Es compromiso, amor y entrega.

Quiero escribir sobre esa rubia grande, germánica y voluptuosa, que aunque alta e intimidante, invita a perderse en sus formas, a nadar en ella.

Quiero escribir sobre aquellas chicas, que se convierten en mujeres. Chicas que intuyen su sexualidad, pero que todavía no se acomodan a ella. Inocentemente atractivas, esperando a un hombre indicado que tal vez nunca llegue del todo. Un principe azul, que con suerte será celeste o paje de algún principado.

Quiero escribir sobre las uñas largas en dedos delgados, que raspan suavemente la piel, acariciando con una distracción sospechosa que me hace sentir como el cachorro que se deja caer al suelo para ofrecer su vientre.

Quiero escribir sobre esa piel blanca, que como el marfil, se extiende suave y tersa por todo el cuerpo de ella. Y aunque suave al tacto y blanca a la vista, nunca es fría.

Quiero escribir sobre esas piernas, moldeadas como en mazapán blanco. Piernas que medio ocultas en medias negras y encajes, más que tapar a la vista, invitan a una imaginación que se pregunta qué sabor tendrán de comérselas, desde la punta del pié, hasta las profundidades mismas del ser femenino.

Quiero escribir también sobre el brillo en los ojos de ella. La sonrisa y el apoyo, que aunque no se ven, a diferencia de las apariencias, nunca engañan.