miércoles, octubre 20, 2004

Labios en el Metro

Hoy vi tus labios en el metro. Juveniles, lozanos y abundantes.

Y mientras mantenías tus ojos cerrados frente a mi, todo mi ser quería besarte. Y es que eran como las cerezas, carnosas, rojas y frescas. Pedían acercarse a mi boca, pero hubiese sido una locura.

Hoy vi tus labios en el metro. Distantes, inalcanzables y perfectos.

Y en tus ojos, tu piel y rostro intuí a una mujer, una madre y una amiga. Te vi tersa y acogedora. Comprensiva y femenina.

Hoy vi tus labios en el metro. Fugaces, utópicos y hermosos.

Hay momentos en la vida en los que dan ganas de acercarse, tomar la mano, mirar a esas ventanas del alma y decir sin temor "eres hermosa". Y no importa que seas baja. No importa que tengas unos kilos de más. No importa que tus cejas no hayan sido perfectas.

Tu rostro, tu piel tersa y tu boca no necesitan de un marco perfecto. No necesitan complementos que te haría más inalcanzable. A veces dos o tres detalles bastan para que a los ojos de tu hombre seas perfecta.

Hoy vi tus labios en el metro.

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