lunes, octubre 11, 2004

Fin de semana en la playa

Este fin de semana fue largo. Y me fui con mi familia a Los Molles. Queda hacia el norte de Santiago, y es una de esas pocas playas que aunque tiene una instalación turística, carece en lo absoluto de discos y lugares de parranda joven.

Aunque suene raro, es un verdadero descanso ir ahí. Te sirve para pensar, para disfrutar el silencio y sacarse de los oídos ese ruido residual con el que vivimos a diario.

Me sorprende cómo incluso luego de un rato, los oídos todavía parecen escuchar ruido incluso en el más absoluto silencio. Aunque no lo creamos, entre las micros, los autos, el acensor, las teclas, la música y en general, la vida, nuestro cerebro comienza a acostumbrarse a un ruido base, que toma como parte de la existencia.

Pero cuando logramos estar en silencio, entonces el cerebro tiene que re procesarlo todo. Acostumbrarse a la falta de ruido. Y se nota. Hagan la prueba.


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