No quiero parecer retrógrado pero hay algo que me tiene cruzado. Ayer vi paseando por ahí un chico con la oreja perforada, expandida y jetona.
A veces en esas tardes de cultura entretenida pillé programas sobre aborígenes que se ponen discos de madera en las perforaciones de la oreja. Discos que periódicamente son sustituídos por otros de mayor tamaño, hasta que finalmente se obtiene un lóbulo de enorme tamaño.
Qué curioso es ver eso en las calles de un Santiago que apunta al bicentenario y que entra como un país "en vías de desarrollo" al siglo XXI.
No quiero parecer retrógrado, insisto. Pero siempre he pensado que cualquier alteración física que luego requiera de una cirugía para deshacerla, requiere cuando menos de un par de noches de evaluación y no de un par de tragos.
Nunca me puse aro, aunque estuvo de moda. En cambio, probé algunas veces con estos aros prensados que se sujetan a la oreja por la forma y no por un agujero en tu piel.
Si me puse maquillaje, gomas y gominas en el pelo e incluso un blanqueador en la cara. Fui obvio y notorio para modificar mi apariencia. Y sin embargo nunca atenté contra mi integridad física.
A lo más que llegué fue a hacerme un tatuaje en el hombro izquierdo de un discreto color tierra que con el tiempo se fue diluyendo para quedar en nada.
Y sigo con el tema. No quiero parecer retrógrado, por lo tanto no siento que tenga derecho a decir que me parece mal que la gente se perfore las orejas con discos del tamaño de una moneda de 10 pesos o que se hagan tatuajes en manos, cueyos y caras. Tampoco me parece mal que consuman drogas que aparecen en exámenes de pelo y orina.
Lo único que me podría molestar de todo esto es la gente que conduce en estado de ebriedad o bajo el efecto de alguna droga, porque al hacerlo pone en peligro no sólo su vida, sino la de otros.
Pero ojo. El que yo no sea retrógrado, o el que mi familia no sea retrógrada, o el que tus o mis amigos no sean retrógrados no quiere decir que el mundo esté preparado para aceptar ciertas cosas.
Es bueno experimentar y buscar una identidad. Es bueno intentar ser diferente. Pero cuando ser diferente mientras experimentas requiere luego de una cirugía para su corrección, entonces la cosa es algo más seria y menos experimental.
¿Cómo puede un joven pedir oportunidades a alguien que de plano siente rechazo por los tatuajes o las perforaciones extrañas? ¿Cómo puede un joven reclamar por falta de oportunidades si es incapaz de dar algo a cambio? Porque ese es el fondo de todo. La sociedad acoge y da oportunidades en tanto aquel que pide oportunidades forme parte de la sociedad. Y para formar parte de algo hay que cumplir con ciertas normas, códigos de vestuario y códigos de lenguaje.
Anarquía solía ser mi consigna, y lo sigue siendo. Pero me escapé de la definición de diccionario, donde anarquía es que cada quien haga lo que se le da la gana y llegué a una definición más adecuada.
Anarquía es hacer lo que se te da la gana respetando al del lado. Anarquía es vivir en una sociedad sin reglas porque las reglas dejan de ser necesarias. Anarquía es vivir sin autoridades ni castigos PORQUE la sociedad ha madurado hasta tal punto que ya no comete actos que requieran de castigos.
Anarquía. Utopía.
¿Cuándo van a dejar de pasar partes los pacos? Pues supongo que cuando la gente aprenda a manejar por su derecha, a parar en los lugares apropiados, a cuidar las emisiones de gas de los vehículos, a manejar a una velocidad prudente, a no doblar donde no se debe, a ceder el paso al que viene señalizando (en vez de acelerar).
Una adolescente le grita furiosa a su padre "NO ME DIGAS LO QUE TENGO QUE HACER" y él sólo le responde: "Dejaré de decirte lo que tienes que hacer cuando comiences a hacerlo por tu cuenta."